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Fires de Sant Narcís de l'any 1959

El monumento a los héroes

Una vez terminada la gloriosa epopeya gerundense, aparecieron los Reales Decretos de 3 de enero de 1810, y 7 de enero de 1812, emanados de la Junta Superma Gubernativa del Reino y de las Cortes Generales y extraordinarias de Cádiz, respectivamente, en los cuales, entre otros especiales honores concedidos a Gerona por su inmortal defensa, se dispuso en el primero que en su plaza se erigiese un monumento para memoria perpétua del valor de sus habitantes y de su gloriosa defensa, y en el segundo, que cuando las circunstancias de la nación lo permitieran, se levantara en la plaza principal de Gerona, un monumento para memoria de su defensa extraordinariamente distinguida y heroica, grabándose en él el nombre de su bizarro Gobernador.

Pasaron años y más años y los solemnes acuerdos quedaban incumplidos. Fernando Puig y Gibert, hijo ilustre de nuestra ciudad, doliéndose con sobrada razón de aquel olvido, tuvo el rasgo generoso de costear de su particular peculio el que se levanta en la Plaza de la Independencia. Para ello adquirió el grupo escultórico artístico titulado "Gerona, 1809", debido al ilustre escultor barcelonés Antonio Parera y Saurina, que había sido modelado cuando estaba de pensionado en Roma, desde donde envió su obra a la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid y fué galardonado.

Digamos de paso que Antonio Parera fué miembro de la Academia de Bellas Artes de Barcelona, de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de la Comisión de Monumentos de Barcelona, profesor de la Escuela de Artes y Oficios de la misma capital y que obtuvo sendos premios, aparte el indicado, en exposiciones nacionales y extranjeras. Persona culta, sencilla y afable, en grado sumo.

En abril de 1893 estaba ya terminado el indicado grupo, inspirado en aquella grande epopeya, y en disposición de rematar el monumento. Del mérito de tal obra responden no solo el premio obtenido si que también los grandes elogios que mereció de la prensa diaria de Madrid y del resto de la nación.

Al tener noticia el Ayuntamiento del generoso y patriótico rasgo de Fernando Puig y Gibert, en sesión del 12 de abril del último citado año, decidió nombrarle hijo benemérito de Gerona, que así se consignara en una lápida a colocar en el salón consistorial y se grabara su nombre en el zócalo del monumento, como gratitud por los eminentes servicios prestados a la ciudad por tan conspícuo patricio.



Gravats de l'article

En el acto grandioso y de brillantez sin igual entre los recordados por los gerundenses, efectuado el día 28 de octubre de 1894, se entregó a D. Fernando Puig y Gibert el título de hijo adoptivo expedido por el Ayuntamiento, adjetivo éste de valor inferior al primero, que no debió ser del agrado del que lo recibía. El salón espera aún la lápida.

Vulgarmente es conocido por el "monumento del General Alvarez" y en no pocas ocasiones así lo hemos visto escrito en artículos y en obras. Lo verdaderamente cierto es que está dedicado a los héroes de los Sitios de Gerona de 1808 y 1809, como así consta en una de las lápidas que figuran en él.

Se ha dicho, sin fundamento alguno, que el autor del grupo escultórico quiso representar en él al General Palafox, héroe de Zaragoza, y que a su recuerdo estaba destinado. Nada más incierto. Antonio Parera -nos honrábamos con su buena amistad- lo negó en absoluto cuando en una ocasión le preguntamos qué había de cierto de aquel insistente rumor circulante. La misma obra lo desmiente. En nada se parece la figura central principal, erguida, en actitud de mando, representativa del invicto caudillo gerundense.

José de Rebolledo Palafox y Melci, Duque de Zaragoza, de quien publicamos su fotografía, llevaba abundante bigote, patillas espesas en forma de pera, y lucía alto y poblado cabello. El General Alvarez iba afeitado. Ninguna semejanza hay entre los dos generales. Por el contrario, son del todo distintos. De ser cierto aquel desmentido rumor, no creemos que Antonio Parera hubiera dejado de tener en cuenta dichos detalles tan característicos del rostro de Palafox.

Y puesto que de tal general zaragozano incidentalmente hemos hablado, séanos permitido hacer resaltar algo muy interesante. Palafox, como Alvarez de Castro, animaba a los suyos con su ejemplo y se presentaba en los sitios de mayor peligro. Palafox, como Alvarez de Castro, no sabía capitular ni rendirse. Cuando en una ocasión Verdier le propuso: "Paz y capitulación", él contestó: "Guerra y cuchillo", y en otra, dijo: "Después de mi muerte hablaremos de eso".

Palafox, como Alvarez de Castro, tuvo que resignar el mando de la plaza debido a la fiebre que le tenía postrado en cama de tal manera que se temía por su muerte.

Palafox, como Alvarez de Castro, fué conducido prisionero a Francia y encerrado en una prisión, en la que permaneció desde primero de abril de 1809 -fecha del famoso bando de Alvarez de Castro- hasta el trece de diciembre de 1813.

En lo único que no hay paralelismos entre ellos dos, es en la muerte, pues mientras Palafox pudo recobrar su libertad y recibir y usar el título de Duque de Zaragoza con que se le premió por los méritos contraídos en la heroica defensa de aquella capital hermana, y volvió a ser el Capitán General de la Capital de Aragón, Alvarez de Castro, acabó sus días, como todos sabemos, en un inmundo calabozo del Castillo de San Fernando de Figueras.

José Grahit y Grau

Làpida que recorda a Ferran Puig al monument de la Plaça de Sant Agustí, coneguda també per Plaça de l'Independència

Portada del programa

Contraportada del programa. "Escudo de la Ciudad, siglo XVII, procedente del portal del Angel, que actualmente decora el Salón de Sesiones del Ayuntamiento de la Muy noble, Muy leal, Fidelísima, Tres veces inmortal y Excelentísima Ciudad de Gerona".

Fotografia del programa. Antonio Parera. Escultor autor del grupo.

Fotografia del programa.
"I dret per entre aquella furienta turbonada
s'estava el gran cabdill sens tremolar
Tot sol que s'hagués vist dins la ciutat trinxada,
mai no hauria volgut capitular".

Monument de la Plaça de Sant Agustí, nevat.


Programes de la col·lecció Bruguera-Gudayol de Girona. Somnis Antic


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